6 Domingo de Pascua
El antiguo dramaturgo griego Esquilo, escribió esto en su obra de teatro, Agamenón: "El que aprende debe sufrir. E incluso en nuestro sueño, dolor que no se olvidará se cae gota a gota sobre el corazón. Y en nuestra desesperación, contra nuestra voluntad, viene la sabiduría, por la gracia de Dios impresionante ".
¿Con qué frecuencia el sufrimiento y las penas nos sorprenden, como si nunca debemos esperar que suceda, como si deberíamos estar exentos de ello. El sufrimiento es siempre incómodo. No se acomoda a nuestro horario. Se impone en nosotros en los momentos más inoportunos. Muchas veces reaccionamos a él con la ira, la frustración, y el cuestionamiento. Es implacable: “se cae gota a gota sobre el corazón". Sin embargo, nos podemos aprender y adquirir sabiduría sólo abrazando nuestro dolor y sufrimiento. Pero no podemos hacer esto, excepto "por la gracia de Dios impresionante".
No hay atajos. Para amar a Dios nos debemos abandonar y entregar toda la fácil adquisición de la santidad. Debemos abrazar la cruz; debemos "sufrir por actuar con rectitud". El colecta de Lunes Santo dice: "Dios todopoderoso, cuyo muy amado Hijo no ascendió al gozo de tu presencia sin antes padecer, ni entró en gloria sin antes ser crucificado: Concédenos, por tu misericordia, que nosotros, caminando por la vía de la cruz, encontremos que ésta es la vía de la vida y de la paz; por Jesucristo tu Hijo nuestro Señor...".
En su primera Epístola San Pedro (3:13-22) se dirige a los primeros cristianos que fueron calumniados, acosados e intimidados severamente por el imperio romano a causa de sus creencias religiosas. Les dice:
"...pero aun si por actuar con rectitud han de sufrir, dichosos ustedes", es decir, a pesar de que sufren por fielmente haciendo la voluntad de Dios, Dios nunca los abandonará.
San Pedro recomienda cinco cosas:
Primera: "No temáis su temor." Los que viven como Jesús vivió deberían rechazar la violencia y la injusticia hacia otros que son menos poderosos.
Segunda: "No os preocupéis." Cristo está siempre con ustedes.
Tercera: Reverenciad a Cristo en sus corazónes como vivís cada día. "Honrad a Cristo como el Señor de su vida."
Cuarta: Ser capaz de explicar su fe, ser capaz de dar razón de la esperanza que usted tiene. Esté dispuesto a contar historias de esperanza unos a otros y animar a otros a hacer lo mismo. Pero hazlo con cuidado y con respeto, nunca con violencia.
Quinta: Por último, mantener la conciencia tranquila. La gracia del Bautismo te autoriza para hacer esto, porque a través del Bautismo sois salvos por medio de amor del Padre, a través de Jesús resucitado, y por medio del Espíritu que da la vida.
El Evangelio (Juan 14:15-21) es parte del discurso de despedida de Jesús a sus discípulos en la Última Cena. Los discípulos están tristes y angustiados porque Jesús va a desaparecer. Jesús les dice que durante su ausencia Dios proveerá "un otro Defensor...el Espíritu de la verdad". Jesús dice que el "mundo", es decir, los que hostigan, intimidan y oprimen a los demás no pueden conocer al Espíritu, porque se resisten a fijar sus corazones en la verdad, en Jesús. Se niegan a creer. Pero el Espíritu Santo es la presencia de Dios: "la gracia de Dios impresionante" para los que están dispuestos a creer.
Jesús promete a los discípulos que no los abandonará, a pesar de que debe dejarlos temporalmente con el fin de ir al Padre. Les asegura que va a enviar el Espíritu Santo para que sea el que los consuela, los aconseja, les ayuda y les anima. "...pero ustedes conocen el Espíritu, porque él permanece con ustedes y estará en ustedes ... En aquel día, ustedes se darán cuenta de que yo estoy en mi Padre, y ustedes están en mí, y yo en ustedes."
A través de "la gracia de Dios impresionante" que es el Espíritu Santo tú y yo estamos invitados a también consolar, aconsejar, ayudar y animar a nuestros hermanos y hermanas. A veces, todos nosotros luchamos contra la desesperanza a causa de nuestras propias dificultades personales y tristezas. Estamos invitados a consolar y animar uno a otro en el nombre del Espíritu Santo.
El autor, Wayne Teasdale, dice: "En la compasión, la bondad y el amor, discernimos lo que se necesita y respondemos. Somos un buen oyente para algunos, un proveedor de la fuerza a los demás, un firme defensor y profeta a otros más...Esta habilidad es un don de Dios…", y del Espíritu Santo.
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The ancient Greek dramatist, Aeschylus, wrote this in his play, Agamemnon: “He who learns must suffer. And even in our sleep pain that will not forget falls drop by drop upon the heart. And in our despair, against our will, comes wisdom, through the awesome grace of God.”
How often does suffering and hardship surprise us, as if we should never expect it to happen, as if we should be exempt from it. Suffering is always inconvenient. It does not fit our schedule. It intrudes on us at the most inopportune times. We often react to it with anger, frustration, and questioning. It is unrelenting: it falls “drop by drop upon the heart”. Nevertheless, you and I can learn and acquire wisdom only by embracing our pain and suffering. But we cannot do this except “by the awesome grace of God”.
There are no shortcuts. In order to love God you and I must abandon and hand over all easy acquisition of holiness. We must embrace the Cross; we must “suffer for doing what is right”. The collect for Holy Monday says: “Almighty God, whose most dear Son went not up to joy but first he suffered pain, and entered not into glory before he was crucified: Mercifully grant that we, walking in the way of the cross, may find it none other than the way of life and peace; through Jesus Christ our Lord, who lives and reigns with you and the Holy Spirit, one God, for ever and ever. Amen.”
In the Epistle St. Peter (1 Pt 3:13-22) addresses early Christians who were slandered, harassed and intimidated severely by the Roman Empire because of their religious beliefs. He tells them: “...even if you suffer for doing what is right, you are blessed”, that is, although they suffer for faithfully doing the will of God, God will never abandon them.
Peter recommends five things:
- “Do not fear their fear.” Those who live as Jesus lived should refuse violence and injustice towards others who are less powerful.
- “Do not worry.” Christ is always with you.
- Revere Christ in your heart as you live each day. “Sanctify Christ as the Lord of your life.”
- Be able to explain your faith, to give a reason for the hope which you have. Be willing to tell stories of hope to one another and to encourage others to do the same. But do it gently and with respect, never with violence.
- Finally, maintain a clear conscience. The grace of Baptism empowers you to do this, because through Baptism you are saved through the Father of love, through the Risen Jesus, and through the Spirit who gives life.
The Gospel (John 14:15-21) is part of the farewell speech of Jesus to his disciples at the Last Supper. The disciples are sad and distraught because Jesus is going away. Jesus tells them that during his absence God will provide “another Advocate...the Spirit of truth”. Jesus says that the “world”, that is, those who harass, intimidate and oppress others cannot know the Spirit because they stubbornly resist setting their hearts on truth, on Jesus. They refuse to believe. But the Holy Spirit is the presence of God: “the awesome grace of God” for those who are willing to believe.
Jesus promises the disciples that he will not abandon them, even though he must temporarily leave them in order to go to the Father. He assures them that he will send the Holy Spirit to be the One who comforts them, counsels them, helps them, and encourages them. “You know the Spirit, because the Spirit abides in you and will be in you...On that day you will know that I am in my Father, and you in me, and I in you.”
Through “the awesome grace of God” who is the Holy Spirit you and I are invited to also comfort, counsel, help and encourage our sisters and brothers. At times, all of us struggle against hopelessness because of our own personal difficulties and sorrows. We are invited to comfort and encourage one another in the name of the Holy Spirit.
The author, Wayne Teasdale, says: “In compassion, kindness and love, we discern what is needed and respond. We are a good listener to some, a provider of strength to others, a fierce advocate and prophet to still others...This ability is a gift of God...”: and of the Holy Spirit.
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